
Declaración sobre Roe v. Wade jornada de oración por la protección legal de la vida por nacer
En este trágico 49º aniversario de la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos en el caso de Roe vs. Wade, que legalizó el aborto y despojó a los no nacidos de su derecho fundamental a la vida, lamentamos la desgarradora pérdida de más de 62 millones de víctimas. La Iglesia Católica defiende enfáticamente y sin reservas los derechos de los no nacidos. Tenemos la esperanza de que Dios pronto llevará a nuestra nación a una profunda concienciación sobre la dignidad de la vida humana y a reconocer que todas las vidas merecen la protección de la ley.
En especial, nos anima que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos haya escuchado los argumentos en el caso de Mississippi sobre el aborto, Dobbs v. Jackson Women's Health Organization. Este caso examina si la prohibición de los abortos después de las 15 semanas de gestación es constitucional. Aunque es difícil de predecir, este bien pudiera ser el caso que anule Roe en su totalidad o en parte. Oramos con vehemencia para que, en la jurisprudencia del Tribunal sobre el aborto, se produzca un cambio monumental a favor de la protección de los niños no nacidos. Pedimos a los fieles que, unidos a otros creyentes de todo el país, se comprometan con la oración y el ayuno diarios a través de la campaña Pray for Dobbs (www.prayfordobbs.com), por una decisión que honre la santidad de la vida por nacer.
También tenemos esperanza de que el Tribunal Supremo de Florida tenga la oportunidad de reconsiderar su fallo de 1989 que interpretó la cláusula de privacidad de nuestra constitución estatal para reconocer el derecho al aborto en Florida.
Seguimos con mucha atención un caso que en estos momentos se encuentra en apelación, Gainesville Woman Care, LLC v. State of Florida, que aborda la constitucionalidad de una ley de Florida que requiere un período de reflexión de 24 horas antes del aborto. Aunque esta ley acertada está siendo impugnada sobre la base de que viola el derecho constitucional estatal a la privacidad, oramos por un fallo judicial que defienda la ley provida para que las mujeres tengan más tiempo para deliberar si se someten a un aborto.
También exhortamos a la Agencia para la Administración de Servicios de Salud de la Florida a que adopte un método más firme para hacer cumplir la reglamentación actual sobre el aborto.
Como Iglesia, nos comprometemos con apoyar a todas las mujeres, incluidas las que experimentan embarazos no planificados o consideran el aborto. Una de las maneras en que estamos apoyando a las mujeres embarazadas y a sus familias es a través de la iniciativa "Caminando con las Madres Necesitadas", de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, que conecta a los feligreses con oportunidades de voluntariado en centros comunitarios de recursos para el embarazo. Respaldamos de todo corazón este ministerio que ofrece a las familias vulnerables —padres, madres y sus bebés— un apoyo tangible y que reafirma la vida. Como ha manifest4ado el Papa Francisco: "…entre las personas más frágiles que tenemos que cuidar, ciertamente hay muchos niños rechazados, privados de su infancia y de su futuro; menores que se enfrentan a viajes desesperados para escapar del hambre o la guerra. Niños que no ven la luz porque sus madres sufren condicionamientos económicos, sociales, culturales que los empujan a renunciar a ese maravilloso regalo que es el nacimiento de un niño". (Discurso de Su Santidad el Papa Francisco al Instituto de los Inocentes, mayo de 2019)
La Iglesia busca ser una luz en un mundo a oscuras, y desea servir como un hospital de campaña para quienes contemplan o se han perjudicado por el aborto. Aun cuando nos comprometemos de nuevo con resaltar el enorme bien de acoger la vida para que el aborto sea inimaginable, que el Señor renueve continuamente nuestra pasión colectiva para abogar por el propósito de proteger de cualquier daño a los niños no nacidos. Pedimos que el Señor guíe y fortalezca a nuestros funcionarios electos y designados en Florida, y oramos para que los poderes legislativo y judicial, tanto a nivel estatal como federal, lleguen a respetar el carácter sagrado de cada vida humana, incluida la que no ha nacido. Continuemos la lucha por una cultura de la vida en todos los ámbitos para que nuestra sociedad pueda apreciar la verdad de que toda persona —sin importar su tamaño, capacidad o procedencia— es digna y merece ser protegida.