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12 de Septiembre Reflexión Del Evangelio

“Después llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga”.  - Marcos 8, 34

A principios de julio fuimos testigos cómo los Tampa Bay Lightning ganaron la Copa Stanley. En febrero vimos a nuestros Buccaneers ganar el Super Bowl y el año pasado vimos a los Rays ir a la Serie Mundial. Nuestros equipos son modelos de éxito. Pero ese éxito no llegó sin un tremendo sacrificio de tiempo alejados de su familia y amigos, el sacrificio de sus objetivos personales por el equipo, y para algunos de los jugadores, incluso un recorte de sueldo para mantener el equipo intacto.  

La vida es difícil y requiere algunos sacrificios. Los padres dan mucho a sus hijos para que éstos tengan éxito en la vida. Un líder que sirve en una oficina sacrifica su tiempo y sus esfuerzos por el bien del equipo.  En el Evangelio de san Marcos de este fin de semana, Jesús dice: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga”. Ahora se encuentran con que el hombre, al que han seguido durante algún tiempo, les dice que deben negarse a sí mismos de todo lo que conocen, tomar una cruz y seguirle. Recuerda que la cruz en aquel entonces era una forma de ejecución utilizada por los romanos. Oír esto debió ser algo alarmante para los discípulos. Probablemente no lo comprenderían del todo hasta que vieran a su salvador llevando su propia cruz hasta la muerte. 

Debemos también recordar que la cruz es pesada, desafiante y a veces demasiado para soportar. Pero, para los cristianos, simboliza la esperanza y la vida eterna. Los discípulos llegarían a creer esto así como sus seguidores.

Ser cristiano hoy en día es más desafiante que nunca. Significa renunciar a las cosas de este mundo. ¿Estás dispuesto a dejar de ver el partido de béisbol para ir a la Misa? ¿Estás dispuesto a renunciar a una tarde en el cine para dedicar tiempo a alguna obra de caridad o ayudar en un ministerio? ¿Estás dispuesto a que tus compañeros de trabajo, tus vecinos u otras personas te ridiculicen por tus creencias? Puedes estar seguro de que cuesta el ser discípulo. ¿Qué cosas y cuánto de ellas estás dispuesto a sacrificar? Ten el valor de examinar hoy lo que podrías sacrificar para seguir más de cerca a Jesucristo. 

Monseñor Gregory Parkes