| Por Padre Joe Waters

Reaviva Tu Fe

Padre Joe, soy “católico de cuna”, pero a menudo siento que solo asisto a Misa por formalidad. Tengo amigos que parecen arder en su fe. ¿Cómo podemos volvernos más devotos y apasionados por la fe? ¿Cómo reavivo mi vida espiritual después de muchos años?

No estás solo. Muchos católicos pueden identificarse con tu experiencia en algún momento de sucaminar en la fe. A menudo, uno siente un “ir y venir” por las cosas de Dios. Los momentos de sequedad espiritual varían en duración e intensidad y pueden desanimarnos y agitarnos. No debemos perder la esperanza, sino animarnos. Tu pregunta revela que ya estás en el camino correcto. El reconocer que uno se siente seco espiritualmente es esclarecedor. Si bien estos sentimientos nos perturban, también pueden motivarnos a dedicar más tiempo a la oración y la adoración. La conciencia de la lucha espiritual es en sí misma una gracia. Una vez consciente, es más fácil reavivar tu vida espiritual.

Mantente centrado en la Eucaristía   

Centrarte en la Misa es útil. Una mayor atención a la Eucaristía es una excelente manera de comenzar una renovación espiritual. Acercarte a la presencia permanente de Cristo en la Eucaristía nutrirá y refrescará espiritualmente tu camino de fe. Participar activamente en la Misa puede ser una fuente de gracia que te lleve a un sentido más sincero del amor y la providencia de Dios.

No te compares con los demás 

Los creyentes deben evitar comparar su vida de fe con la de otros. La comparación rara vez es fructífera y puede conducir a un desánimo más profundo. No podemos ver el corazón de otra persona ni conocer sus propias luchas espirituales. El diablo usa la comparación para atraparnos al despertar un espíritu de competitividad, celos y envidia en nuestros corazones. Podemos volvernos duros con nosotros mismos y con los demás y pasar por alto las cosas positivas que estamos haciendo. En otras palabras, el camino hacia la perfección se convierte en enemigo del bien.

No te rindas

Cuando sientas que simplemente está siguiendo formalidades, debes permanecer fiel a hábitos espirituales como asistir a Misa, la adoración eucarística y la oración diaria, incluso cuando sientas que no hace una diferencia. Mantener el rumbo en tiempo de sequedad permite que la gracia de Dios se abra paso y nos ayuda a progresar espiritualmente. También es esencial traer nuestras luchas espirituales y nuestro desánimo ante Dios en oración, pidiendo la gracia necesaria para superar nuestra falta de celo por las cosas divinas. 

Habla con alguien de confianza 

También debemos revelar nuestras luchas a un confesor, director espiritual, párroco u otra persona sabia y espiritual. Compartir las luchas interiores con guías confiables nos libera del miedo y nos capacita para afrontar nuestras luchas directamente y con más energía. 

Sigue las reglas 

Las Reglas para el Discernimiento de san Ignacio brindan al creyente algunas herramientas poderosas para abordar la sequedad espiritual y el desánimo. Las reglas promueven:

1) Mayor oración, examen de conciencia y penitencia adecuada.

2) Mayor confianza en nuestro poder para resistir la tentación.

3) Cultivar la humildad, paciencia y gentileza para romper el dominio del desaliento espiritual sobre nosotros.

4) Entender las luchas como oportunidades para crecer en la fe, profundizar la conversión personal y madurar en los caminos de Cristo.

5) Recordar momentos en los que sentiste intensamente la cercanía de Dios y estabas ardiendo en tu fe para despertar tu sentido de cómo Dios trabaja para amarte y proveerte como su amado hijo. Cualquiera de estas herramientas te ayudará.


Para Aprender Más  

El padre Timothy Gallagher ha escrito dos libros que pueden ayudarte a reavivar tu vida espiritual en tiempos difíciles: Overcoming Spiritual Discouragement y When You Struggle in the Spiritual Life . Sus libros se pueden obtener en librerías católicas y en Amazon