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 | Bishop Gregory Parkes

Domingo 22 de agosto de 2021

“Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También ustedes quieren dejarme?» Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios»”. - Juan 6, 67-69

Los que se encontraron con Jesús durante su ministerio público hace 2000 años tuvieron que tomar una decisión... ¿lo sigo o me alejo? Muchos eligieron seguirlo porque reconocieron que él tenía las palabras de vida eterna. Pero muchos también eligieron regresar a su forma de vida anterior y dejar de acompañarle. ¿Por qué tomaron esa decisión? Quizás no entendieron lo que Jesús intentó enseñarles o encontraron sus enseñanzas demasiado difíciles y desafiantes para seguir acompañándolo. Esta fue una realidad lamentable.

El Salvador del mundo estaba allí mismo en medio de ellos, y sin embargo se apartaron. Tal vez la vida les parecía mejor sin Jesús.  Tal vez fue la presión del mundo, de otras personas que les decían que Jesús no era quien decía ser, y por eso dudaron.  Tal vez las cosas eran más cómodas o fáciles sin que Jesús los desafiara con su predicación y enseñanza. Esto suena familiar hoy en día. 

Las personas inventan una variedad de excusas para no abrir sus corazones al Señor o para no venir a la Iglesia. Racionalizan y justifican por qué no creen o por qué no han regresado. Debemos recordar que la Iglesia está compuesta por pecadores. El Papa Francisco ha descrito a la Iglesia como un "hospital de campaña" para aquellos que están enfermos y necesitan ser curados. La mayoría de los pecadores están tratando, con la ayuda de Dios, de convertirse cada vez más en la persona que Dios desea que sean. Ellos conocen el camino hacia el Padre y quieren atraer a otras personas. Conocen el dolor de este mundo, incluyendo el estrés y la ansiedad. Pero también saben que Cristo está con ellos a lo largo del camino.

¿Qué vas a hacer hoy? ¿Responder sí a Jesús o hacer como las personas que prefieren regresar a una vida sin Jesús? Pídele a Jesús que esté contigo en todo. ¡Sé valiente hoy!

-Monseñor Gregory Parkes