La palabra "Adviento" proviene de la palabra latina Adventus, que significa "venida". Durante el Adviento, la Iglesia celebra las dos “venidas” de Jesucristo. Recordamos y celebramos en la Navidad su venida en la historia al nacer como un niño pequeño. Y esperamos con anticipación su venida gloriosa al final de los tiempos. Por tanto, el Adviento es verdaderamente un tiempo de espera y preparación. La tentación es que, por razones obvias, nos centremos simplemente en la Navidad. Durante el Adviento ya escuchamos villancicos, compramos regalos navideños, comenzamos a hornear delicias navideñas y asistimos a fiestas de Navidad con familiares, compañeros de trabajo y amigos. Todas estas son cosas buenas y agradables. Pero si sólo nos centramos en la Navidad, nos perdemos la belleza y el significado del hermoso tiempo de Adviento.

Por lo tanto, mi esperanza es que esta edición de Gulf Coast Catholic les ayude ofreciéndoles sugerencias sobre cómo prepararse mejor para celebrar este tiempo de una manera reverente y espiritual. Estuve pensando en cómo mi familia celebraba el Adviento cuando yo era niño. Cada año teníamos una corona de Adviento en la mesa de la cocina. Antes de cenar, orábamos y nos turnábamos para encender las velas de la corona. Se colocaba un nacimiento en la sala y figuras en el jardín de la casa. Sin embargo, el pesebre permanecía vacío hasta la Nochebuena, cuando colocábamos al niño Jesús en el pesebre mientras cantábamos Noche de Paz. El tiempo de Adviento es un buen momento para acudir al sacramento de la Reconciliación, especialmente si llevamos tiempo sin confesarnos.

¿Qué mejor regalo podemos darle a Jesús en su cumpleaños que el de un corazón y un alma limpios?

Es la época perfecta del año para recordar a los pobres entre nosotros y hacer una donación por los menos afortunados.

Al ser generosos con los demás, ponemos en práctica lo que Jesús nos enseñó en el Evangelio: “Y el Rey les responderá:‘Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo’” (Mateo 25, 40).

¡Rezo para que tengan un tiempo de Adviento espiritualmente significativo y una bendecida Navidad! ¡Celebremos con asombro las maravillas que Dios ha hecho por nosotros a través de su Hijo, Jesucristo! Recuerden las palabras del ángel a los pastores que cuidaban sus rebaños en aquella noche sagrada: “pero el Ángel les dijo: 'No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor'” (Lucas 2:10-11).

¡Que Dios los bendiga!

Sinceramente suyo en Cristo,

Monseñor Gregory Parkes